EL TRPARRISCOS AVE DEL AÑO 2025



El treparriscos es una de las aves más amenazadas de nuestras montañas. La organización conservacionista SEO/Birdlife espera que la elección contribuya a proteger su hábitat y preservar sus poblaciones.

Mientras el viajero atraviesa el prepirineo aragonés camino a los valles occidentales, al poco de pasar Ayerbe, los impresionantes mallos de Riglos se alzan de repente sobre la gran planicie de la Hoya de Huesca, a orillas del Gállego, hasta alcanzar los trescientos metros de rigurosa vertical. Como si fueran unas gigantescas velas de barco fosilizadas, su aparición en el paisaje es tan impresionante que resulta imposible no atender a su grandeza y desviarse del camino para acercarse hasta sus pies.

 Estas singulares empalizadas rocosas, de un bellísimo color anaranjado, constituyen uno de los monumentos geológicos más espectaculares de la península. Debido a ello se han convertido en uno de los principales reclamos del turismo de naturaleza en Aragón, y uno de los destinos más anhelados por los amantes de la escalada, que acuden a este singular enclave de nuestra orografía desde todo el mundo para poner a prueba su destreza ante algunas de las vías de mayor dificultad. Pero no solo eso.

 Los cortados rocosos de los mallos de Riglos conforman el hábitat característico para una de las aves más bellas, más esquivas y más escasas de la fauna ibérica: el treparriscos (Tichodroma muraria), que como su nombre vulgar indica vive pegado a los riscos, trepando por la roca y revoloteando arriba y abajo por los peñascos calcáreos más elevados y en apariencia inertes, en los que sin embargo este pájaro de montaña halla morada y alimento. Se trata de un ave insectívora que se alimenta básicamente de los invertebrados que captura entre las grietas de las paredes rocosas o en los huecos, fisuras y repisas con algo de vegetación.

Son muchos los amantes de las aves, entre los que se encuentra quien aquí firma, que sienten verdadera pasión por esta enigmática y montaraz especie, extraordinariamente huraña y difícil de localizar. Poco más grande que un gorrión, aunque más esbelta y con un pico más largo y afilado, la principal característica del treparriscos es su elegante plumaje, en el que combina los tonos cenicientos con el vivo color granate de sus alas y el blanco níveo del babero. Pero también destaca su forma de revolotear entre las rocas, con un delicado batir de alas que resulta muy semejante al de las mariposas. Quizá debido a ello, a su refinada belleza y a la admiración que despierta entre los ornitólogos, acaba de ser escogido como Ave del Año 2025 en España.

Un concurso cada vez más popular

Organizado por la oenegé conservacionista SEO/Birdlife, la votación de este año para elegir a la protagonista de esta popular campaña, en la que han participado alrededor de siete mil amantes de los pájaros, ha estado muy reñida entre los tres finalistas escogidos por la organización, todos ellos habitantes de nuestras cumbres y por lo tanto directamente amenazados por el cambio climático, que está poniendo en riesgo sus hábitats.

Finalmente el treparriscos se impuso en una ajustada final, con algo más del 36% de los votos, al no menos espectacular pechiazul, que obtuvo casi el 34%: apenas un puñado de votos más que el gorrión alpino, el bellísimo pariente montañero del que habita nuestras calles y que con cerca del 30% quedó en tercer lugar. El propósito de SEO/Birdlife con este popular concurso, que viene llevándose a cabo desde hace 36 años, es concienciar sobre las amenazas para las aves silvestres y sus hábitats y reclamar medidas para su conservación y mejora.

El cambio climático amenaza al ave de vuelo ondulado

Los efectos del aumento de la temperatura en el planeta son claramente visibles en los hábitats de alta montaña, y las especies de aves vinculadas a estos medios son muy sensibles a las variaciones en las estrictas condiciones en las que viven, por lo que se constituyen como uno de los mejores indicadores del impacto del cambio climático.  

El treparriscos, como otras aves de alta montaña, tiene un alto grado de especialización y su ciclo vital está adaptado a unas condiciones muy concretas de temperatura, innivación o precipitación, cuya variación origina cambios tanto en la calidad como en la cantidad de hábitat adecuado disponible. Por tanto, si consideramos el grado de aislamiento y fragmentación de sus poblaciones, es más que probable que tanto el área de distribución como el tamaño poblacional de esta especie se reduzca en el contexto de las previsiones de cambio climático, dado que, al subir las temperaturas, los hábitats adecuados para el treparriscos van a ser cada vez más escasos. Sin embargo, no hay que olvidar otros factores de presión que están impactando negativamente en las poblaciones del treparriscos, sobre todo los ligados a las actividades de ocio que se desarrollan en sus territorios, como barranquismo, escalada o la instalación de vías ferratas, tan en boga en los últimos años. A esto hay que añadir el proceso de artificialización de nuestras montañas con el desarrollo de proyectos vinculados a la ampliación de estaciones de esquí y sus infraestructuras asociadas. 

Medidas de conservación propuestas por SEO/BirdLife

Por todo ello, a lo largo del 2025 la organización llevará a cabo diferentes trabajos de ciencia, conservación, educación y divulgación para dar a conocer al treparriscos y su   estado de conservación, y contribuir así a solucionar los problemas a los que se enfrenta tanto esta especie como el conjunto de aves de alta montaña al que representa. 

Entre las acciones que se desarrollarán, SEO/BirdLife trabajará con federaciones de montañismo y asociaciones de guías y escuelas de montaña y escalada para sensibilizar sobre las molestias al treparriscos y a otras especies con las que comparten el hábitat y fomentar el establecimiento de regulaciones para estas prácticas deportivas, con el objeto de compatibilizar su disfrute con la conservación de las aves de montaña. 

También está previsto dar a conocer los resultados del primer censo nacional de aves de alta montaña, cuyo trabajo de campo finalizó en el año 2024, ofreciendo información sobre los tamaños poblacionales de las especies que desarrollan su ciclo vital por encima de los 1.500 metros de altitud. Con estos resultados mejoraremos el conocimiento disponible sobre el tamaño poblacional y distribución de uno de los grupos de aves más desconocidos, proporcionando información básica para conocer su estado de conservación, y facilitando el establecimiento de medidas de gestión adecuadas para la conservación de estas especies. 

Asimismo, desde SEO/BirdLife llevará a cabo una campaña de ciencia ciudadana para mejorar el conocimiento del comportamiento y distribución de esta y otras especies de aves de alta montaña. 

Por último, como viene siendo habitual en la campaña del Ave del Año, desarrollaremos un programa de comunicación y sensibilización específico que permita poner en valor al treparriscos, y otras especies vinculadas a áreas de montaña, con el objeto de mejorar el grado de conocimiento de la ciudadanía, así como para sensibilizar sobre las presiones y amenazas que sufren estas especies. 

 Más de 30 especies elegidas como Ave del Año

Hasta la fecha 36 especies han sido elegidas Ave del Año por su declive poblacional o por sus amenazas de conservación, y para el año 2025, SEO/BirdLife ha vuelto poner en marcha un proceso de votación abierto a la sociedad para elegir a la especie protagonista de este año. 

SEO/BirdLife realiza desde 1988 la campaña de comunicación y conservación Ave del Año para llamar la atención sobre la situación de algunas especies de la avifauna española. Con esta acción, la organización pone el foco sobre una especie que precisa de una atención especial por su mal estado de conservación o porque simboliza la urgencia de proteger los hábitats que la acogen para reclamar a administraciones e instituciones medidas para la conservación del patrimonio natural de todos.

Enviada en 04/02/2025

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