¿POR QUÉ NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN CHORLITEJOS PATINEGROS? (1ª parte)

Polluelo de Chorlitejo patinegro. G. Ferreiro.


Antes de intentar contestar a esta pregunta vamos a explicar cuáles son las características de esta especie.

El Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), es una pequeña ave limícola que cría en nuestras costas y algunas lagunas salobres de interior. Presenta dimorfismo sexual, o lo que es lo mismo, que podemos diferenciar a las hembras de los machos por su aspecto físico. Su distribución está vinculada a la franja costera de la península ibérica e islas Baleares y Canarias, estando ausente en toda la costa Cantábrica. También existen algunas poblaciones en lagunas salobres interiores de Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía principalmente. 

Las poblaciones costeras seleccionan para criar playas con dunas, lo que supone una limitación importante por la escasez de estos hábitats y el excesivo deterioro y presión que siguen sufriendo. 

De hecho, de toda la costa Cantábrica ya desapareció como nidificante, mientras que en el litoral atlántico gallego se mantiene a duras penas, una pequeña población que ronda las 80 parejas. En el resto de la costa peninsular mediterránea o atlántico andaluza su descenso también es muy acusado, aunque gracias a que contaba con mayores efectivos, todavía alberga poblaciones algo más numerosas.

Sí, queridos amigos, por desgracia cada vez nos quedan menos Chorlitejos patinegros criando en nuestras costas y la situación empieza a ser alarmante por el ritmo de descenso, mostrando un fuerte declive a nivel nacional. Y lo peor es que en pocos lugares de España se están tomando medidas que mitiguen esta situación. Esto también demuestra que el impacto humano en los ecosistemas costeros está siendo cada vez mayor y a un ritmo más acelerado.

¿CAUSAS del declive?  Pues como en casi todo lo relacionado con la naturaleza no suele haber una única causa, más bien es un conjunto de factores que de forma sinérgica aceleran los procesos de extinción. 

En este caso la pérdida de hábitat fue algo que ya se inicia a mediados del siglo pasado con el desaforado crecimiento de la edificación en la primera línea del litoral. La urbanización de toda la franja costera está orientada sobre todo al turismo masivo de sol y playa y segundas residencias. Muchas de estas construcciones se realizan ocupando las propias dunas costeras, que como vimos es el hábitat necesario para la reproducción del Chorlitejo patinegro y otras muchas especies de fauna y flora dunar. Esta edificación residencial y hostelera lleva aparejada infinidad de infraestructuras como carreteras, puertos, paseos marítimos, pistas deportivas, campos de golf  y un sinfín de usos que vienen a constatar la gran ignorancia y desprecio que nuestras administraciones siempre mostraron hacia estos espacios. Y recordemos que las dunas costeras están consideradas como “Hábitats de interés comunitario” por la Unión Europea.

Otro factor importante y relativamente nuevo es, como no, el cambio climático. Cada vez, con más asiduidad se producen temporales fuera de época con fuerte oleaje que supera la línea de playa y llega hasta la duna lo que  causa la destrucción de nidos y mortandad de pollos en edades muy tempranas. Al mismo tiempo las olas de calor o bajadas de temperaturas acusadas, hacen que las aves en sus primeros días de desarrollo no consigan superar estos eventos extremos.

A todo esto debemos sumarle el cambio de costumbres de la sociedad en el uso de las playas, las cuales, hasta hace no muchos años se utilizaban únicamente  en el período estival, que se limitaba a los meses de julio y agosto. Hoy en día las playas son un objeto de consumo, que se usan durante todo el año a modo de lugares de recreo, de esparcimiento de mascotas o centro deportivo y de festejos. Como si de un parque urbano se tratara,  olvidando que son espacios naturales con altos valores ecológicos y que debemos aprender a compartir con las demás especies del planeta que dependen de ellos para sobrevivir. 

Esta situación fomentada por la falsa creencia que nos transmiten los medios de comunicación y RRSS de que para ser feliz debo estar en una playa y a ser posible con mi mascota,  hace que cada vez sea más difícil que en los arenales costeros puedan reproducirse especies como el Chorlitejo patinegro o que sean utilizadas por aves migratorias para descansar y alimentarse en sus largos periplos entre Europa y África. 

Esta creencia fomenta además el turismo de masas, ruidoso, agresivo e irresponsable que asola playas, y no solo playas sino también otros espacios naturales, sendas fluviales, sendas marítimas, cascos históricos, monumentos, etc. 

Colaboradores de SEO-Pontevedra en la conservación del Chorlitejo patinegro. E. González.

Enviada en 02/05/2023

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